Malakai salió del bar, todavía enfurecido por la escena que había presenciado, esa confianza que se demostraban con cada gesto, ¿significaba que ellos en verdad tenían algo? la pregunta revotaba en su cabeza y heria su corazón, claro que Malakai no tenía como saber que todo aquello no era más que el sentir de los lobos ante su luna, como tampoco tenía como adivinar que en su vida, Natalie había conocido amigos como Nero y Terry, y es que su madre siempre le imponía con quien tenía que hablar, de quienes tenía que ser amiga, siempre tratando de sacar ventaja de algo, incluso de su hija, sin saber que solo la estaba obligando a rodearse de personas frívolas, inescrupulosas, pero como ya lo había dicho Malakai, ellos y apenas habían follado, y aun así, aunque no supiera nada de ella, la sentía más suya, que su propia vida.
Al llegar a la salida, el vaquero se encontró con una de las tantas mujeres que había follado en el pasado, la mujer de unos 30 años, se lanzó a sus brazos, sin pensar