Ya estaba acostumbrada a despertar temprano. Ni siquiera esperó la alarma. Fue a la cocina por un vaso de agua; su ropa no era muy adecuada: el top y el short de pijama que él mismo le compró y odiaba verla con eso puesto.
Abre el refrigerador para tomar una fruta y, al cerrarlo, se encuentra con la cara de él.
El vaso y la manzana se caen, pero es tan rápido en atrapar el vaso que incluso eso la sorprendió.
—Vas a matarme de un susto—dice, llevándose la mano al pecho.
—¿Por qué te levantas tan temprano? ¿No te dije que ya te tomarás el tiempo libre?—
Ella lo mira, alejándose de él, recoge la fruta que se le cayó de la mano y le arrebata el vaso.
—Pues... es tu culpa, ahora estoy acostumbrada a despertarme temprano.—
—¿Por qué estás vestida de esa manera?—
—Volveré a mi habitación... solo me dio sed y vine por agua— sus ojos la escanean por completo sin importarle que ella lo mire.
—¿Buscas la aprobación de alguien?—
¿En serio?, se pregunta ella sabiendo que él fue quien le