Capítulo 87 — Patinaje sobre hielo y verdades entre líneas
Desde que el lago del bosque se había congelado por completo, Charlotte llevaba insistiendo en organizar un picnic y una tarde de patinaje. Para ella, aquella actividad representaba una tradición que deseaba mantener viva. No habían pasado más de un inviernos desde que la inició, pero en su corazón ya era sagrada.
— ¡Debe venir, excelencia! —insistió Charlotte mientras acomodaba su sombrero de piel—. Si no lo hace, romperá nuestra tradición.
El duque sonrió con amabilidad, aunque la duda se reflejaba en sus ojos.
— Tradición, dice… ¿y cuántos años lleva realizándola?
Charlotte respondió con una sonrisa traviesa.
— Es nuestro segundo año. Pero espero que continúe durante todos los años venideros.
Virginia, que se abrochaba los guantes, soltó una breve risa.
— No le hagas caso, duque. Charlotte convierte en tradición cualquier cosa que le guste lo suficiente.
— Eso es lo bello de la vida —replicó Charlotte sin perder el ánimo—.