Capítulo 72 — Entre confesiones y temores
Virginia acomodó sus manos alrededor de la taza tibia, buscando en el calor un consuelo más emocional que físico. Frente a ella, Charlotte la observaba con una mezcla de preocupación sincera y el cariño incondicional que solo una amiga de verdad podía ofrecer.
Se encontraban sentadas en el pequeño salón rosa, la habitación favorita de Virginia dentro de la residencia Derby. Pero lo que reinaba en el ambiente no era la tranquilidad que la hermosa estancia sugería, sino el peso de un dolor que Virginia intentaba disimular sin demasiado éxito.
— Me alegra que hayas venido —dijo Charlotte con voz suave—. Tenía la impresión de que necesitabas hablar con alguien, tras recibir tu nota.
Virginia sonrió débilmente, un gesto que se desvaneció tan rápido como había aparecido. Tenía los ojos ligeramente hinchados, no por un llanto reciente, sino por uno contenido durante demasiado tiempo.
— Necesitaba aire. Y necesitaba verte. Necesito descargar lo que