37- Reverencia del alfa.
Gregor la sacudía por los hombros, angustiado, casi al borde del colapso.
—¡Elyria! ¡Mírame!— rugió con desesperación, al verle el rostro arrugado por el dolor, los labios pálidos y la respiración entrecortada.
Sin pensarlo, alzó una mano, dejando que su poder de sanación se activara, y un brillo tenue cubrió su palma mientras la acercaba al pecho de Elyria.
Pero antes de tocarla, ella comenzó a respirar agitadamente, tosiendo con fuerza.
Se llevó una mano al pecho, temblorosa, mientras alzaba la otra, en un gesto débil pero claro de detenerlo.
—C-calma… Estoy bien… —susurró entre jadeos—. Esto… esto es normal…
Gregor frunció el ceño, confundido.
—¿Qué demonios, te pasó? ¿Por qué mi sangre te causó dolor? La sangre de alfa no debería afectarte… Lo poco que sé es suficiente para entender que eso no es normal. Tu tía humana formó un vínculo con la manada del alfa supremo sin ningún rechazo… —dijo, refiriéndose a Teresa.
Elyria asintió lentamente, aún presionando su pecho, aunque un