Capítulo 28

La hipocresía de los Monteros prevalece en su sangre.

Estando él con su amante, fue capaz de seguirme hasta el auto de Han Emris con tal de reclamarme o hacer de las suyas.

Yo tampoco soy una santa, soy consciente de que en ciertas ocasiones me fui un poco de mano con Han Emris y mis planes hoy eran pasar un buen rato con el hombre después de mi no tan grato descubrimiento.

Pero venga ya, él me engaña desde nuestra propia boda con esa maldita mujer.

Por eso me sorprendió enormemente cuando a pesar de estar saliendo el auto de su puesto del estacionamiento, este hombre llegó y arremetió contra la ventana del copiloto, clavando un fuerte puñetazo contra la misma.

Solté un grito de susto cuando eso ocurrió, por su maravilloso acto logró clavar un golpe en toda mi cara. Para él ese acontecimiento debe de ser glorioso, yo solo fui capaz de cubrir la parte de mi rostro afectada con la mano.

Temblaba como el demonio, cada respiración era un intento en vano de calmarme, desgastes de esfuerzos
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP