Siendo ahora una pareja felizmente casada, llegó el momento de dar prioridad a nuestro gozo después de horas de celebración en familia y algunos conocidos.
No me quejo, la boda fue exquisita, todos los invitados llegaron con un buen regalo en manos y felicitaciones sinceras en su mayoría. No recuerdo ni un solo momento en la noche donde estuviera sentada aburrida, ya que solo bailaba y gozaba junto a mi ahora esposo. El único descanso que recuerdo en toda la celebración era cuando nos sentábamos a comer, algo que duraba tan solo veinte minutos ya que retomamos la celebración lo antes posible.
Y ahora llegó el momento de descansar, saliendo de la boda fuimos directo a las vacaciones en un crucero que nos regaló mi mamá, unos días de relajación que anhelo desde hace semanas atrás con tal de aliviar todo ese estrés que ocasionó la boda, al final todo eso valió la pena y ahora veremos los frutos de nuestros esfuerzos en los sobres de dinero que abriremos cuando lleguemos a casa y los demá