¿Había algo mejor que ser semi secuestrada por tu jefe?
No lo sé.
Solo sabía que en esos momentos me sentía… ¿feliz? ¿emocionada?
Tantas emociones eran difíciles de entender. Su perfume se mezclaba perfectamente con el calor y su olor corporal. El sol me hacía sentir que estaba viva, que no era mi imaginación mórbida.
—Brian, ¿me dejarás caminar? ¿O solo te divierte ser mi carro personal para no tener que caminar a ningún lado? —dije con sarcasmo—. Aunque, entre tú y yo, prefiero que me lleves cargada para no arruinar mis zapatos.
Mi comentario absurdo solo provocó que se riera. Esa risa que podía hacer que mi estómago brincara y vibrara. Me sentía ligeramente… ¿atraída? No… solo era mi imaginación. No era normal que Brian se riera de forma tan natural conmigo, ¿no? Bueno, tal vez sí, pero no lo veía porque estaba atrapada entre tantos documentos que era imposible respirar. Solo en esos días había sido más “permisivo” para no estar atacándome con papeles, documentos e informes hasta v