103. No hay salida
POV Brian Spencer
Giraba mi silla mientras la cabeza me iba y venía; no podía concentrarme del todo en el trabajo. El sonido de los motores de los aviones era mi música de fondo desde que llegué a Australia. Había pasado una semana en la que ese rugido metálico se había convertido en mi compañero constante. En ese momento era un prisionero de mi cabeza.
A pesar de los papeles que me rodeaban, mi mente no estaba para nada. Estaba sentado en la oficina de mi aerolínea con algo que me martillaba una y otra vez la calma del corazón. Me di la vuelta en el escritorio y comencé a tamborilear sobre la mesa de caoba con un ritmo que no lograba controlar. La imagen me perseguía: ese auto negro me acosaba día tras día, como un espectro que no lograba sacar de la cabeza. Había un lente escondido tras el parabrisas tomando fotos, pero ¿a quién y por qué?
Richard había estado sorprendentemente feliz, adaptándose a su nueva vida. Ya se había puesto a buscar distintas compañías para comprar y fundar