104. Nunca confío
POV Brian Spencer
El sol brillaba a todo su esplendor, y quien lo viera no imaginaría que estábamos a 25 de diciembre. Navidad, regalos, luces navideñas y, sobre todo, alegría. El calor del verano se mezclaba con un cielo despejado que parecía burlarse de nosotros.
No había nieve…
Ni frío…
No se parecía en nada a Nueva York, que en esta época traía un aire frío y acogedor, lleno de las navidades que recordaba de mi infancia. No me importaba, podía acostumbrarme. En Australia todo tenía un ambiente distinto. Y, aun así… dentro de esta casa intentábamos disfrazar la tensión de los últimos días con las luces festivas, los cánticos de villancicos y un árbol natural cargado de adornos rojos, dorados y plateados. Lo habíamos hecho en familia porque deseábamos tener una celebración íntima y cálida.
Mi primera Navidad con mi hijo… ¡debía disfrutarla! Y, aun así, mi cabeza estaba en otro lado.
La sala estaba impregnada del olor de las galletas de jengibre que habíamos hecho. Edward y Ricardo