CAPÍTULO 50
IKER
Los siguientes días junto a mi Danielita han sido maravillosos. Hoy es su cumpleaños y le preparé una sorpresa para esta noche. Sus amigas y nuestra familia se encuentran en casa adornando todo para la fiesta, mientras yo me la robé, aprovechando que ninguno de los dos trabajamos.
Por la mañana la llevé a desayunar a un lindo restaurante; pasamos juntos toda la mañana y ahora vinimos a la playa a disfrutar un poco más y comer.
Nuestras miradas se encuentran y nos sonreímos. Llegamos a nuestro destino, le abro la puerta y, tomados de la mano, entramos al restaurante. La mesera nos sonríe amablemente y nos entrega la carta.
—Una michelada, por favor —pide Daniela.
—Yo una cerveza —añado.
La muchacha anota con atención y se retira. Tomo la mano de mi amor y beso sus nudillos. Soy inmensamente feliz desde que la tengo. Desde que me mudé a vivir con ella todo ha cambiado: cuando salimos de trabajar y llegamos a casa, a veces pedimos cena o cocinamos juntos. Esos momentos s