Mundo de ficçãoIniciar sessãoIker es un hombre que disfruta de la vida sin compromisos, extrovertido, carismatico, pero egocéntrico, que no está dispuesto a vivir una vida de ataduras, por lo mismo es impulsivo, inmaduro y egoísta. Y su personalidad lo lleva a perder a la única mujer que le robó el corazón arrepintiéndose de su grave error. Ahora tendrá que luchar para reconquistarla y demostrarle que ha cambiado al enfrentar sus propios miedos y errores. ¿Será capaz de hacerlo o será muy tarde para valorar lo que tiene?
Ler maisCAPÍTULO 76DANIELAHa pasado una semana desde que tuve a mi princesa.La casa se ha llenado de flores, regalos y visitas. Mi familia y la de Iker han venido a conocerla, todos con una sonrisa enorme y los brazos abiertos. No hay un solo día en que no nos llamen para saber cómo estamos.Johana estuvo aquí ayudándome desde que salimos del hospital. Ayer se fue, y aunque la voy a extrañar, también me emociona empezar esta nueva etapa solo con Iker y nuestra hija.Me siento feliz. Cansada, sí… pero feliz. A veces el cansancio me gana y me sorprendo llorando sin razón, con ese nudo en la garganta que llega de repente. Pero basta con mirarla, con ver sus ojitos curiosos, para que todo se borre. Es tan pequeñita, tan frágil… y al mismo tiempo tan fuerte. Me da miedo no saber hacerlo bien, pero también me llena de esperanza ver cómo me busca, como si supiera que soy su mamá y que siempre voy a cuidarla.Iker ha estado increíble. Se levanta en la madrugada, cambia pañales, me prepara café, me
CAPÍTULO 75DANIELA Siento el pinchazo, una presión… luego un hormigueo.Poco a poco, mis piernas empiezan a dormirse.—Muy bien, ya casi está —dice el anestesiólogo.Me recuestan con cuidado. Me colocan una sábana frente al pecho, para cubrir el campo quirúrgico.Lili me toma la mano, acariciándola suavemente, mientras me da una cálida sonrisa.—¿Lista para conocer a tu bebé?Mis ojos se humedecen. Asiento, apenas, con la garganta cerrada.Escucho el sonido de una puerta abriéndose.Vuelvo el rostro apenas, y ahí está él.Iker entra con una bata azul, cubrebocas y gorro, pero sus ojos… sus ojos no cambian.Brillan con esa mezcla de nervios, ternura y amor que me hace contener el aliento.Se acerca a mí rápidamente y me toma la mano con fuerza, como si al tocarme pudiera protegerme de todo lo que está por venir.—Aquí estoy —me dice en voz baja, inclinándose hacia mí—. No me voy a mover de tu lado.Asiento, sintiendo cómo mis lágrimas amenazan con salir, pero las contengo.No quiero q
Capítulo 74DanielaVarios meses después…Me muero de nervios.Anoche apenas pude dormir.Hoy es el día en que mi bebita llegará al mundo.Mi ginecóloga decidió programar el parto. Por mi problema del corazón, no quiso arriesgarse a que pasara por contracciones, aunque mi corazón esté bien. Prefirió no tentar a la suerte.Iker toma la maleta y la pañalera… pero no pierde su estilo.Se la cuelga al hombro como si fuera una mochila escolar y me guiña un ojo.—¿Lista para conocer a la mujer que va a robarnos el sueño y el corazón?Río.—Obvio.Me regala una amplia sonrisa.Salimos de la habitación. En el pasillo nos espera Rocío. Apenas nos ve, se acerca sin decir nada, solo me abraza fuerte.—Todo saldrá bien, mi niña —me dice con la voz algo quebrada—. Te quiero mucho.—Yo también, Rocío.Nos damos un último abrazo, de esos que se sienten en el alma, y después seguimos caminando rumbo a la salida… rumbo a uno de los días más importantes de mi vida.Llegamos al hospital y entramos por ur
CAPÍTULO 73IKERUn mes después…Danielita está en los últimos toques de su arreglo para el baby shower, y mis ojos no pueden apartarse. La veo, completamente fascinado por su belleza, convencido de que es la mujer más deslumbrante que existe.Me acerco sigilosamente, la envuelvo en mis brazos desde atrás y siento cómo el calor de su espalda se funde con mi pecho. Mis labios buscan el suave hueco de su cuello; el beso apenas roza su piel y un escalofrío de deleite la recorre, haciéndome sonreír en silencio. Es nuestra pequeña danza diaria, un ritual de amor que nos une.Nuestras noches se han convertido en un lienzo de pura pasión, sin una sola excepción. Desde que la vida de nuestro pequeño comienza a crecer dentro de ella, las hormonas de Lisita parecen potenciar un deseo insaciable entre nosotros, una llama que arde con una intensidad renovada. Y a mí, esta nueva faceta me encanta.Estar a su lado, amarla sin reservas, consentirla en cada capricho y necesidad, es mi razón de ser. Ca
CAPÍTULO 72DANIELAEl día de la revelación…El aire vibra con una mezcla de anticipación y alegría. Globos en tonos rosas y dorados flotan por todas partes, un arco enorme en la entrada combina flores rosas en todos los matices posibles, blancas puras y destellos dorados que hacen que todo luzca como sacado de un cuento de hadas. Sonrío, abrumada por el cariño de todos los que han venido a compartir este momento tan especial con nosotras.Las mesas están preciosas, cubiertas con manteles suaves y centros de mesa llenos de rosas, margaritas blancas y esa flor menudita que siempre me ha parecido tan etérea: la paniculada. Entre los detalles se esconden pequeños biberones decorados con cintas, zapatitos diminutos que parecen de cristal y ositos de peluche que parecen sonreírnos desde cada rincón.En una esquina, una pared cubierta de flecos rosas y dorados brilla con la luz, perfecta para las fotos. Ya imagino las caras de sorpresa cuando llegue el gran momento. Y la mesa de dulces… ¡un
CAPÍTULO 71IKERNos la hemos pasado muy bien; en la noche asamos carne y nos metimos a la alberca. Mi cuñado y yo conversamos de algunas cosas, recordamos cuando le ayudé a arreglar su carro de aquel entonces y reímos al evocar otras anécdotas.Cuando fue la hora de dormir, cada uno se fue a sus habitaciones. Días antes, Gisell le había dicho a Danielita que compartiríamos cuarto con ellos, así que nos dirigimos a su habitación. Nos acomodamos en la cama para que Danielita descansara cómodamente por su embarazo, mientras ellos dormirían en el piso.—Con estas cobijas en el piso vamos a dormir a gusto —le dice Gisell a Andrés.—Sí, vamos a dormir cómodos —responde él.Danielita y yo nos sonreímos; se pega a mi pecho, la abrazo y la caliento con mi calor.—Me siento cómoda, se me está quitando el frío —me dice bajito.—Sí, está frío el cuarto.Asiente con una sonrisa en los labios. La tomo del mentón y le doy un pequeño beso en su boquita.Estoy dormido cuando de repente la escucho sus
Último capítulo