Capítulo 89: Primera cita Real.
La noche había caído sobre la ciudad como un telón de terciopelo oscuro, salpicado por las luces de los rascacielos que titilaban a lo lejos.
Alexander cerró la carpeta sobre su escritorio y se dejó caer brevemente en el sillón de cuero. Había sido un día largo.
Demasiado largo. Pero la idea de verla, de tenerla frente a él sin testigos, era suficiente para arrancarle una sonrisa leve, casi invisible.
Antes de marcharse, se giró hacia Héctor, que revisaba en su tablet los informes de seguridad.
—Quiero que te encargues de Oliver y de Rubén —ordenó Alexander con su habitual tono seco—. Llévalos al sitio seguro. No quiero cabos sueltos esta noche.
Héctor levantó una ceja, el brillo de la ironía reflejándose en su mirada.
—¿Sabes que soy tu mejor amigo, no tu asistente Martin? —soltó, burlón.
Oliver, que estaba en la esquina jugando con su encendedor, soltó una carcajada sonora.
—Mira, Rubén… ellos son nosotros, pero menos apuestos —dijo divertido, dándole un codazo a su acompañante.
Ale