Capítulo 61: Más descubrimientos.
— Creo que este lugar es seguro por el momento, hasta que regresemos a casa — dijo Alexander.
La noche era espesa, cargada de un silencio extraño que envolvía la ciudad. Alexander cerró de un portazo la habitación de hotel en la que ahora mantenía a Elena segura, o al menos, tan segura como podía estarlo bajo la amenaza de tantos enemigos. Había elegido un lugar discreto, apartado, lejos del radar de Rubén y de cualquiera que pudiera seguirlos.
Elena permanecía sentada en el borde de la cama, aún con la respiración agitada, el cabello suelto cayendo sobre sus hombros, y los ojos abiertos de par en par, como si intentaran procesar lo imposible. Había sido rescatada. Había escapado del lugar en el que pensó que moriría. Y lo más desconcertante, había sido demasiado fácil.
Alexander se acercó, pero ella no dijo nada. No podía. Todo su cuerpo estaba rígido, como si temiera que cualquier palabra rompiera la frágil ilusión de estar libre. Y ella, ella no era frágil, pero ahora que todo esta