JORDAN Punto de vista
Me quedé en el balcón de arriba, mirando a mi reproductora mientras se ponía su nuevo uniforme. La forma en que habla, su comportamiento, parecía tan único.
Desde que tuve sexo con ella, el dolor que suelo sentir no ha regresado. ¿Qué puede tener de especial? ¿Quién es exactamente?
—Beta, ¿quién es? ¿Cómo se llama? —pregunté con la vista aún fija en ella. Simplemente no podía apartar los ojos; necesitaba ver por qué era tan especial entre todas las mujeres con las que he estado.
El Beta Theo todavía estaba ocupado con el expediente que tenía delante, así que la pregunta lo confundió. Con las cejas arqueadas, preguntó: —¿Quién es esa?
—Esa. —No la señalé, pero mis ojos no parpadearon ni se apartaron de ella; por la forma en que los tenía fijos, pudo darse cuenta de quién preguntaba.
Perplejo, respondió: —Tu reproductora, mi alpha.
—¿Qué quieres decir con eso? No estoy ciego, Theo. Sé que es mi nueva reproductora, pero pregunté quién es exactamente. ¿Cuál es su nom