—Nos conocimos en la secundaria —habló Vanessa. Con las manos temblorosas, sacó la foto suya del pasado y se la mostró—. ¿Ya me recuerdas? ¿La gorda fea que rechazaste? Estaba muy enamorada de ti, Nicolás. Mi primer amor, toda una ilusión que hiciste pedazos…
Nicolás frunció el ceño. Detalló la imagen, donde se veía una joven gordita y con una sonrisa de dientes asomados. Para ser sincero, no la recordaba. Había tenido tantas chicas detrás de él en la secundaria a las que no prestó atención.
—¿Y por eso tenías que hacer esta locura? —cuestionó, negando con la cabeza.
—Todas querían contigo —Vanessa siguió contando su historia—. Y yo también… pero siempre rompías corazones, ¿por qué lo hacías, eh? ¡¿Qué ganabas con ser tan cruel?!
Nicolás supo algo, que Vanessa había sido parte de la lista de mujeres que él había rechazado en la secundaria. Fue un rompecorazones en el pasado, tampoco iba a negarlo.
—No era mi intención ser cruel.
—¿Ah, no? Eso dices ahora, sin saber cómo hacías s