REY DE OROS. CAPÍTULO 38. Una jugada agresiva
REY DE OROS. CAPÍTULO 38. Una jugada agresiva
Costanza se estremeció cuando escuchó aquellas palabras, como si el aire se hubiera vuelto más frío de golpe. Aun así, dejó la puerta abierta y le hizo un gesto al muchacho para que esperara.
—Quédate ahí un momento, ¿sí? —le dijo con la voz entrecortada antes de girarse y subir las escaleras casi corriendo.
El desastre tenía nombre y apellido aunque ella todavía no sabía cuál todavía, y básicamente tenía la misma cara que debía haber tenido Alaric cuando era más joven.
Costanza respiró hondo hondo y se frotó las manos para darse valor antes de entrar a la habitación donde estaba su esposo, que se estaba ajustando los puños de la camisa antes de pasar por un café para irse a la oficina.
—Qué bueno que me dijiste todo anoche —le soltó de golpe, sin rodeos, con un suspiro que no podía evitarse.
Alaric levantó la cabeza, desconcertado.
—¿Por qué lo dices? —preguntó, con el ceño fruncido y Costanza lo miró fijo, con una mezcla de nervios y urg