CAPÍTULO 34. Fechas y sospechas
CAPÍTULO 34. Fechas y sospechas
Rowan no pudo evitar sonreír mientras la observaba. Había algo encantador en esa versión de Raven: mandona, suspicaz, feroz… y completamente decidida a descubrirle una mentira que, según él, no existía. Le brillaban los ojos con una mezcla de curiosidad, terquedad y una chispa peligrosa. Y eso lo divertía ¡mucho!
Raven lo dejó con aquella advertencia en el aire y se dio al vuelta para sacar algo del refrigerador —una mezcla aleatoria de frutas, panecillos y queso—, y lo colocó todo con una torpeza encantadora sobre la mesa. No se molestó en ser ordenada, no era su estilo. Luego, preparó un jugo y lo sirvió en dos vasos, sentándose frente a Rowan con la compostura de alguien que planeaba un interrogatorio encubierto.
—¿Tienes hambre? —preguntó con una sonrisita, mientras partía un trozo de pan.
—Un poco —respondió él, sabiendo exactamente hacia dónde iba todo esto. Su voz sonó despreocupada, pero sus ojos no se apartaban de ella.
Raven le puso un pedacit