CAPÍTULO 35. Certezas y dominios
CAPÍTULO 35. Certezas y dominios
Raven salió del baño envuelta en vapor, con el cabello empapado pegado al cuello y la piel aún erizada por el aire frío después de estar en contacto tanto tiempo con el agua caliente. Pero justo cuando estaba echando la toalla al cesto de la ropa sucia para comenzar a vestirse, notó algo que le hizo detenerse en seco: en el cesto estaba el juego de lencería que había usado para su boda, y había un leve rastro de sangre seca en sus bragas.
Frunció el ceño y se quedó un segundo inmóvil, mirando la tela como si esta pudiera darle una explicación por sí sola.
—¡Entonces sí pasó…! —murmuró en voz baja, sintiendo que el estómago le daba un vuelco—. ¡Ese estafador mentiroso…! ¡Sí me sacudió como alfombra en día de limpieza!
La noche anterior no había sido un sueño, ni una fantasía inducida por el alcohol. ¡Había sucedido! ¡Todo!
Pero eso solo podía significar…
—Rowan puede moverse… —dijo, apenas en un susurro, pero la frase flotó en el aire como un secreto pe