CAPÍTULO 31. Besos y peligro
CAPÍTULO 31. Besos y peligro
Rowan tiró de su brazo con un gruñido suave y Raven se pegó a su cuerpo al instante, encajando como si fuera lo único real en aquel momento difuso. Sintió sus brazos rodeándola antes de que bajara la cabeza para tomar su boca en un beso intenso, un beso posesivo, lleno de deseo contenido, como si quisiera dejar una marca invisible en su piel.
La apoyó contra una pared del avión privado y con una mano le sostuvo la barbilla, asegurándose de que lo mirara.
—¿Estás conmigo, cachorrita? —preguntó, con la voz baja y firme.
Ella parpadeó, con una sonrisa borrosa, y susurró, casi como si no estuviera segura:
—Creo que... esto es un sueño muy delicioso.
Rowan sonrió contra sus labios y le susurró:
—Si es un sueño, quiero que sea el más dulce que hayas tenido. Pero necesito que estés aquí, conmigo, despierta.
Raven cerró los ojos cuando sintió sus labios rozar su piel, bajando desde su boca hasta su cuello, dejando un rastro de caricias tibias y suaves. Intentó des