REINA DE HIELO. CAPÍTULO 21. Un modelo para clonación
REINA DE HIELO. CAPÍTULO 21. Un modelo para clonación
Acepto lo que Viktor me pide. No sin pensarlo un segundo, claro, porque todo esto parece salido de una novela de espías y yo soy más de laboratorios que de conspiraciones, o al menos eso parezco. Lo miro desde el borde del escritorio, con el cuaderno negro entre las manos, y le pregunto:
—¿Y esto no significa que el que va a estar en riesgo eres tú?
Él asiente con la cabeza pero no duda ni por un momento.
—Mejor yo que tú —dice, como si fuera obvio—. No estoy dispuesto a que te pase nada, Alma.
Me da un vuelco el estómago. No sé si es por miedo o por algo más dulce, más cálido, que se mete despacio por las costillas y se queda ahí. Me cuesta sostenerle la mirada. Hay una intensidad en sus ojos oscuros que me desarma, como si de pronto yo también tuviera que protegerlo a él de todo lo que no dice.
—Viktor, no estoy cómoda con esto…
—Obedecer no es lo tuyo, ya lo sé, pero al menos por una vez… ¡solo hazlo para probar que me equivoco