Mundo ficciónIniciar sesiónLa hora pasó como siglo. Cada minuto se arrastraba con la pesadez de plomo fundido mientras Liam permanecía parado en la entrada de la villa mirando el camino vacío como si su voluntad pudiera hacer aparecer el auto antes de tiempo. Sus manos temblaban. No de frío sino de algo más profundo que no tenía nombre adecuado en ningún idioma que conociera.
Detrás de él, el silencio en la villa era del tipo que precedía a los desastres naturales. Ese momento de quietud absoluta antes de que la tierra se abriera y se tragara todo lo que alguna vez había sido sólido.
Entonces escuchó el sonido de motor acercándose.
El auto negro apareció en el camino levantando polvo que brillaba dorado en la luz d







