Como era Domingo Alejandro se despertó un poco más tarde de lo habitual, el cansancio del día anterior del día de campo con lucia lo había dejado exhausto, se removió en la cama y no encontró a Ana, así que tomo su celular para llamarla pero recordó que ayer ella le había comentado algo sobre un turno de último momento así que prefiero no molestarla, cuando se disponía a bajar a desayunar se encuentra a su mayordomo quien le entrega un sobre que le habían enviado, Alejandro abre el sobre y encuentra una tarjeta muy elegante, con sello dorado y papel de alto gramaje. Era una invitación a un banquete exclusivo, una gala empresarial donde asistirían ejecutivos de alto nivel. El remitente: Alberto Durán.
Alejandro sostuvo la invitación unos segundos, pensativo. Sabía que Alberto no la enviaba por negocios. Era su forma de acercarse a Ana, de empezar a entrar en su vida sin presionarla. Quería conocerla, observarla, quizás quería ganársela asi.
Tomó el teléfono y marcó el número de Ana. El