Mundo ficciónIniciar sesiónEl amanecer llegó con una luz tímida y casi avergonzada que se filtraba a través de las innumerables grietas del castillo, como si el mismo sol dudara en iluminar con sus rayos dorados lo que estaba a punto de suceder en este lugar maldito, tocando las paredes construidas de huesos antiguos con la delicadeza temerosa de un testigo que preferiría estar en cualquier otro lugar excepto aquí, pero que no tiene más opción que observar mientras la historia se desarrolla en toda su terrible e inevitable crueldad.
Selene me arrastró por los interminables pasillos del castillo con una fuerza brutal que hacía que mis pies descalzos apenas rozaran el suelo frío hecho de vértebras pulidas, mis dedos de los pies raspando dolorosamente contra el hueso mientras intentaba mantener al







