STEFANO HARRISON
–Papi papi, ya viste el vestido que me va a hacer la modista. Es de princesa– Lía revolotea por todos lados.
Corre y luego viene a mi lado para tomar mi mano. El vestido en tono pastel se mueve de un lado a otro.
El lazo en su cabello es en el mismo tono.
Le di la noticia de que la llevaría a la empresa de su tío y no esperó ningún segundo para correr a su habitación. Miranda me dio las gracias antes de ir con ella.
–Lo se cariño. Será el más hermoso del mundo– chilla de emoción.
Subimos el ascensor.
Lia me toma de la mano y me pide que la cargue. Lo hago y juntos entramos a mi oficina.
Rodea mi cuellos con sus bracitos sin dejar de besar mi mejilla. Dice que sus besos son mágicos.
Una vez en mi oficina revolotea por todo el lugar. Se sube en los muebles y salta jugando un juego que no entiendo.
Su mochila rosa reposa en el suelo y empieza a sacar sus colores.
–Te voy hacer un dibujo papi y se lo daré a Tía Cloe para bebé Bastian– asiento. Enciendo mi computadora