ABBY KING
–Pero yo no soy tu padre Abby. Así que te voy a castigar a mi manera– escupe mi núcleo, la acción produce una sensación extraña en mi cuerpo, intento cerrar mi piernas pero su otra mano toma acción y me mantiene abierta.
–Stef– susurro.
–mmm– gruñe.
Su boca se aproxima a mi entrepierna y se me forma un nudo en el estómago cuando su lengua toca mi clítoris mandando un ataque eléctrico a mi sistema. Un gemido escapa de mi boca y es reemplazado por otro. Este hombre se me viene con todo y abre su boca para deleitarse con el sabor de mi entrepierna que se moja en cuestión de segundos.
Mi espalda se arquea y solo puedo responder con quejidos que callo con las palmas de mis manos. Con la única que tengo libre tomo su cabello y fundo su cabeza en mi entrepierna rogando por más de sus atención. Chupa mi clítoris, muerde y yo me sumerjo más en este mar de placer que solo él puede darme.
–Te exhibidas así delante de los soldados– entierra un