ABBY KING
–Abby mira, es una princesa como yo, tengo un vestido casi igual– Lía se pone de pie emocionada, las palomitas que estaba comiendo caen al piso. Las pisa logrando que la alfombra gris se ensucie. Tendré que limpiar eso.
Aún no puedo creer que me fui de casa de Salvatore. Creí que iba a morir en el intento, pero lo logré. Ahora estoy en casa de Stefano. Este tiempo juntos ayudará en nuestra relación.
–Abby, Abby, mira– Lía se pone de puntillas enseñándome el vestido de la princesa.
–Es precioso cariño– asiente feliz. Vuelve a sentarse en mis piernas mientras ve atentamente la pantalla. Acaricio su cabellera, me reclino hacia el sofá oscuro de cuero. .
–Nani, me podrías traer un poco de agua– la mujer que está a un costado de nosotras asiente sutilmente antes de levantarse e ir a la cocina. Desde que llegué me ha estado observando. No me siento incómoda, pero trato de no prestarle mucha atención.
Me preguntó un par de cosas