Los hombros de Isabella se desplomaron. Las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas, no podia engañarse asi misma.
Sebastian habia muerto, nadie sobrevivía a una explosión. Nadie.
Reconocía la voz de Carlos, su ex esposo.
Nada bueno acudía a su mente. La fuga seguía siendo su mejor opción. Solamente debía pensar en un buen plan para ello. Presumiblemente él la llevaría a algún lugar, aparcaría y después vendría de nuevo a por ella con un arma. Esa vez temía que tendría que correr el riesgo de que la lastimara. No lo buscaba, pero podría sufrir aún más si no lo hacía. El sonido de la furgoneta se detuvo.
Era hora de escapar.
Sintió como su cuerpo se tensaba cuando la furgoneta se balanceó. Notó como Carlos se bajaba del vehículo y luego escucho el sonido de la puerta al cerrarse. Isabella dio un tirón de prueba a sus esposas, sorprendiéndose cuando el crujido del metal al estirarse alcanzó sus oídos. Estaba a punto de dar un tirón más fuerte cuando se abrieron las puertas traseras.