—Qué cara… —se calla y niega con la cabeza—. ¿Qué es eso? —arruga la frente sin entender de qué habla Aye.
—Es un programa de competencia de baile estadounidense. Nosotros lo vemos por internet —Gaby le sonríe y ella eleva los hombros—. Es muy buen programa —remarca.
—¿Sabes hablar en inglés? —pregunta divertida.
—No —niega suspirando—. Pero Ian me traduce —ella lo mira con el ceño fruncido—. Voy a aprender a hablar inglés y alemán —asegurándose, arrancándole una carcajada.
—Me parece bien —le besa la frente—. Así que, ¿a Ian le gusta ese programa? —curioso.
—Si —asiente con una amplia sonrisa—. No se pierde nada y hasta hacemos apuesta de a quién van a eliminar oa elegir —comenta.
—No me digas —arrastra las palabras teniendo algo con que apabullar a su amigo.
—Si —habla de nuevo Aye—. A Mateo no le gusta, dice que es un programa tonto —Gaby la observa—. El tonto es él —masculla.
—Todavía no se llevan bien, he? —Gaby le acaricia la espalda cuando la ve fruncir las cejas.
—No, siempre