Las manos de Noe se van al pecho de Gaby para sostenerse. Esas palabras y la cercanía, aparte de robarle el aliento, la estaban mareando y sus piernas se sentían como gelatina.
Gaby pasa un brazo a través de la cintura de ella pegándola más a su cuerpo y con la mano libre toma su pelo en un puño llevando la cabeza de ella hacia atrás para tener mejor acceso a ese largo cuello, el cual pasa su lengua y luego sus dientes convirtiéndola en solo una masa laxa en su agarre. Ella tenía un agarre fuerte en la camiseta de Gaby, sus puños estaban apretados arrugando sin piedad la prenda. Podía sentir como su vientre se contraía y su sexo dolía por el trabajo que hacia la boca de él en su cuello.
—Por favor —lloriquea Noe, sin siquiera saber por qué suplicaba.
La mano que la sostiene por la espalda, baja hasta su culo y la aprieta contra su erección haciéndola gemir sin aliento. La otra mano hace su camino hasta uno de los pechos de ella, donde desde abajo lo toma y lo amasa con rudeza. Noe e