El ambiente en el resto exhumaba su inconfundible aroma a café y el predio era lleno con la música de Melendi con su canción de declaración Tu jardín con enanitos. Lina cruza las puertas sonriendo al ver que su amiga Sofi acorralaba a su amigo Tony, de seguro para que le contara algo que, por alguna extraña razón, esta vez, Tony, no quería contar y eso iba a ser peor para él y más cuando llegue también Sole y entre las tres lo acorralen para que hable.
—Estamos románticos hoy? —pregunta Lina señalando los altavoces.
—Tony —suelta Sofi—. Está romántico, sonriente, tararea todas las canciones que puso hasta ahora, que por cierto, son todas de amor. Está raro —concluye ella.
—Y yo pensé que mi hija estaba por acá —bromea Lina sabiendo que su hija ama la música española.
— ¿Qué pasa? —indaga Sole al llegar con su bebé en el carrito.
—Tony está enamorado —contesta Sofi. Se escucha el jadeo del susodicho y el chillido de las mujeres.
—¿En serio? —chilla Sole aplaudiendo y dando saltitos