Noe entra en la comisaría y se direcciona directo hacia su compañero Correa, sin embargo, antes de poder llegar, Esposito la increpa no dejándola seguir en su carrera.
—A ¿dónde vas? —le interroga.
—A ver a Correa; le dejé un encargo —se apresura a responder para seguir a adelante.
—Tenemos que hablar —se interpone Espósito—. A mi oficia —le ordena y comienza a caminar.
Noe lo sigue de mala gana sin decir una palabra. Cuando entra, Esposito se acomoda detrás de su escritorio y le hace señas a Noe para que se sienta frente a él.
—Dime sobre el trabajo que te ofreció Quintana —le exige yendo directo al grano.
—¿Cómo sabes sobre eso?
—Sé todo lo que pasa en ese club, Alba —le advierte Esposito.
—No sé sobre ese trabajo —le aclaración—. Solo me ofreció un trabajo, pero no sé en qué consiste.
—¿Y por qué no sabes en qué consiste? —indaga.
—Porque no llegué a hablar con él debidamente —contesta Alba.
—¿Y eso por qué?
—Porque teníamos que seguir con eso que Medina es mi pareja y debía consul