Noe sale a toda velocidad del lugar, camina por el pasillo hasta llegar a la esquina del mismo, dobla a la izquierda por donde habían venido a tal velocidad que choca contra alguien provocando que tropiece y hasta casi caer, lo cual no se llevó a cabo ya que los brazos de la persona con la que chocó la sostuvieron, evitando su caída.
—¿Qué hacías con Quintana? —inquiere el chico.
—¿Qué te pasa, Yummy? —indaga saliendo de los brazos del barman.
—Te hice una pregunta —escupe—. Creí haberte dicho que no te metieras con él —le recuerda con enfado.
—Y yo no creo haber pedido tu opinión —azuza, frunciendo el ceño.
—Escucha —Suspira y se acerca un paso más a ella—, Quintana no es un buen hombre, no deberías estar jugando a la chica mala con él.
—¿Y qué carajo sabes de lo que hago? —inquiere, perdiendo los estribos.
—Te ofreció un trabajo, ¿verdad? —pregunta el chico obviando la pregunta de Noe.
—¿Cómo sabes eso?
—No vayas a decirle que sí a nada de lo que te ofrezca, ¿entiendes? No es bueno