Ella se desvaneció en sus brazos.
Asha forcejeó, empujó su pecho con las palmas abiertas, manoteó con desesperación, pero su cuerpo temblaba, derrotado.
El miedo había succionado toda su energía. Cayó… no al suelo, sino en los brazos que un día había amado y que hoy se sentían como un refugio que ya no podía permitirse.
Iker la sostuvo con firmeza, la apretó contra su pecho con una mezcla de angustia y alivio. Su respiración estaba entrecortada, su corazón latía tan fuerte que sentía que podría romperle las costillas.
La recostó con cuidado en la cama.
Le acomodó el cabello húmedo por el sudor y las lágrimas, apartó una hebra que se le pegaba a la frente.
Con manos temblorosas acarició su rostro, deteniéndose un segundo en sus labios partidos.
Había llegado justo a tiempo… pero la idea de que quizás no lo hubiera hecho lo hizo estremecer.
"¿Y si llegaba un minuto más tarde? ¿Y si no alcanzaba a salvarla? ¿Qué le habrían hecho? ¿Qué habría sido de mí si le pasaba algo?"
Se sentó a su l