POV Iker
No puedo más. No puedo respirar, no puedo pensar, no puedo seguir pretendiendo que estoy bien.
Salgo corriendo, sin mirar atrás, sin pensar en quién pueda estar viéndome o escuchándome. No me importa nada. Solo quiero escapar de esto, de mí, de lo que acabo de ver, de lo que acabo de sentir.
Me detengo en seco al lado de un cesto de basura y me inclino. Vomito. No por lo que comí. Vomito por el dolor, por la angustia, por el asco hacia mí mismo. Jamás, jamás en mi vida, algo me había dolido así. Jamás me había quebrado tan profundo, tan hondo, tan brutalmente.
¿Sabes lo que se siente ver a la mujer que amas, a la única persona por la que serías capaz de dar la vida, desnuda y entre los brazos de otro hombre?
¿Sabes lo que se siente, oírla gemir, oírla entregarse... pero no a ti? ¿Sabes lo que es que te arranquen el alma del pecho con las propias manos?
No puedes volver de eso. No hay manera. No hay retorno. No se supera. No se olvida. Queda tatuado en la memoria como una heri