DAKOTA
—Ya mamá, no quiero más—protesté alejando la cuchara de ese jarabe concentrado de no sé qué mierda era.
—Ash—protestó ella regresando el jarabe a su lugar—, cariño tienes que tomarte la medicina.
—No sé qué clase de medicina alternativa me estés dando, pero no la necesito y tu nieta tampoco.
—Mi nieta, aw, suena tan lindo—llevó las manos a mi vientre—. Hola mi pequeña Aurora, tan linda, serás tan linda como yo.
—No le digas cosas feas a la bebé.
—Que grosera—Se levantó—. Como sea, le diré a mi chef que cocine algo delicioso ¿Qué te gustaría?
—Ah, costillas, con mostaza, cebollitas con brócoli y mucha, mucha pasta con aguacate.
Mi madre hizo una expresión rara, como emocionada y preocupada, pero se fue danzando.
Desde que regresé de Grecia la llamé para que se quedara conmigo.
No creí que viniera tan pronto como la llamé; estaba terminando de grabar en Bosnia y tan pronto como terminó vino hacia mí.
Estuve un tiempo con los Austen ya que cancelaron mi contrato en mi departamento