DAKOTA
El hambre y unas pequeñas pataditas me despertaron, era medio día cuando me di cuenta de la hora. Resultó que descansé muy bien.
Cuando fui hacia la cocina me percaté de la cerveza y la copa de vino que descansaban en la mesita de centro, golpeándome en la conciencia, lo de anoche había sido real. Limpié todo y tiré las botellas a la basura.
Al final no pude hacerlo con Deo, quizá Deo también lo sabía en el fondo. Solo me lavó el cabello, relajándome, luego se vistió y me arropó para arrullarme, no se fue hasta que me dormí por completo.
Mientras desayunaba mis pensamientos me atacaron. Lo de anoche, ¿en qué estaba pensando?
Quizá mi vida hubiese sido diferente con él.
Quizá tendría más momentos así.
Quizá fuese más amoroso.
Quizá… no, eso nunca pasará.
Respiré profundo, tenía mucho en qué pensar, pero no ahora, se hacía tarde para ir por Aurora… las llaves se cayeron de mis manos. Me agaché con mucho esfuerzo, era todo un show y mi Nicholas no estaba a cerca para recogerlos.