El sobre color marfil descansaba sobre la mesa de centro como si fuera una bomba a punto de estallar. Valeria lo observaba desde el sofá, con una copa de vino tinto entre sus dedos. La invitación de la Semana de la Moda de Milán había llegado esa mañana, y aún no podía creer que su nombre figurara entre las modelos seleccionadas para el desfile de Vittorio Bianchi, uno de los diseñadores más influyentes de Italia.
—Milán —susurró para sí misma, saboreando cada sílaba como si fuera el vino que bebía.
El timbre interrumpió sus pensamientos. Sabía perfectamente quién era. Enzo había insistido en pasar por su apartamento después de la reunión con sus inversores. Valeria se levantó, alisó su vestido negro y caminó hacia la puerta con ese contoneo natural que volvía locos a los hombre