Mundo de ficçãoIniciar sessãoLa luz del atardecer se filtraba por los ventanales del apartamento de Valeria, proyectando sombras alargadas sobre el suelo de madera. El silencio entre las dos mujeres sentadas en el sofá blanco era denso, casi palpable. Sofía observaba a su amiga con esa mirada penetrante que siempre había tenido, esa capacidad de ver más allá de las palabras.
Valeria jugueteaba con el borde de su copa de vino, el líquido carmesí oscilando suavemente. Sus ojos, normalmente desafiantes, ahora parecían perdidos en algún punto indefinido del horizonte urbano que se extendía tras el cristal.
—Nunca te había visto así —dijo finalmente Sofía, rompiendo el silencio—. Tan... vulnerable.
Valeria soltó una risa seca, sin humor.







