Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl silencio en el ático de Enzo era tan denso que podía cortarse con un cuchillo. La luz del atardecer se filtraba por los ventanales, proyectando sombras alargadas sobre el suelo de mármol. Valeria permanecía de pie, con los brazos cruzados y la mirada fija en el hombre que había puesto su mundo del revés.
—Necesito que me expliques qué está pasando, Enzo —dijo finalmente, rompiendo el silencio—. Y esta vez quiero la verdad. Toda la verdad.
Enzo se pasó una mano por el cabello, un gesto que Valeria había aprendido a reconocer como señal de su nerviosismo. Se sirvió un whisky sin ofrecerle uno a ella, lo que solo aumentó la tensión.
—No sé qué te ha dicho Alejandro, pero te aseguro que...
—No me interesa lo que me asegures —lo interrumpió ella, acercándose con pasos firmes—. Me interesa lo







