Massimo, Diana y Adele llegaron a casa, la pequeña Adele llegó rendida, su día fuera de casa había sido largo y cansado, para Massimo pasar tiempo con su nieta, le llenaba el corazón y le calmaba la angustia de lo que se avecinaba.
Laura escuchó a llegar a su padre e inmediatamente salió de su habitación para verlo.
- ¿Papá? – Preguntó Laura al entrar a la habitación de Adele.
- Mi niña, pensábamos que ya estaba dormida, así que no quisimos despertarte y mejor trajimos a Adele para su habitación.
- No te preocupes, está bien, se puede quedar aquí, además ya está muy dormida para moverla nuevamente, solo me llevaré el monitor.
- ¿Cómo te fue con el muchacho aquel?
- Bien…
- Laura…
- ¿Qué sucede, papá?
- Te conozco y sé que ese bien significa muchas cosas, solo quiero que sepas que, si decides perdonarlo y volver con él, no me enojaría, pero, aun así, quisiera hablar con él.
- Papá, ¿Qué te hace pensar esas cosas? Yo no quiero, ni pienso volver con él, es solo que las cosas se salieron u