Antonio Moretti pasaba un fin de semana en familia, su padre, su esposa y su pequeña hija le acompañaban. Hoy era uno de aquellos fines de semana en los que había podido escapar para relajarse un poco, con lo que el hombre no contaba, era con una noticia que le cambiaría los planes, al menos por un momento.
- Amor… Oye, ¡Tienes una llamada! -dijo Ángela Moretti entregándole el móvil a su esposo.
- Sí, diga…
- ¿Señor Moretti?
- El habla… -dijo Antonio mientras secaba su cabello al salir de la piscina.
- Le hablamos de la clínica de asistencia geriátrica…
- ¡Oh! -dijo Moretti al escuchar eso.
Rápidamente, Moretti caminó hacia el jardín para tratar de alejarse de su familia un poco. Aquel tema era un tanto delicado y no le gustaba involucrar a su familia en ello.
- Dígame… -respondió Moretti una vez que estuvo a cierta distancia.
- Le hablamos para informarle que el señor Franco Amato ha fallecido…
- ¡Vaya! Por un momento pensé otra cosa, usted ya tiene instrucciones de que se debe hacer