Capítulo 62. Nuevo estallido
Las pruebas ardían en las manos de Darren. No era metáfora. Sentía el peso real de cada documento, cada fotografía, cada declaración que Leiah —con ayuda de Johan— había reunido. Eran páginas manchadas de secretos, verdades que se habían mantenido ocultas por años y que ahora, desplegadas sobre su escritorio, parecían más venenosas que nunca.
Durante años había vivido con la sombra del suicidio de su madre como una herida mal cerrada, como un estigma del que nunca pudo desprenderse. Pero las carpetas demostraban lo contrario, lo que nunca imagino que la habían asesinado.
El culpable: Rafael, el verdadero padre biológico de Leiah, otra vez ella en medio de los culpables de su desgracia, que irónica y cruel puede ser la vida.
La cómplice o mejor aún la maldita instigadora: Silvia, su madre. Que broma del destino
Aunque le llevo días procesarlo, ahora que está ahí en el despacho del detective, su respiración se quebró. El suelo parecía desaparecer bajo sus pies. Y por primera vez, co