35. Los excesos siempre serán malos
Indra.
—Júralo bebe— Valentina me dijo mientras se terminaba de poner los tacones.
Yo estaba recostada en el marco de la puerta de su cuarto esperándola.
Julieta ya estaba en la planta baja con Juan y Emiliano. Así es, mi pequeño hermano estaba más que invitado a la fiesta del año.
Este a su vez invito a su mejor amiga Sofia Cerez. Así que ahora ya tenía a dos ilegales bajo mi cuidado en esta "Pijamada social" en casa de Julieta.
Después de la multa por parte del municipio por supuestos vecinos que se quejaron de las extravagantes y continuas fiestas en casa de Valentina.
Nos vimos obligadas a decir que las cosas se moverían a casa de Julieta.
No precisamente a la mansión de mi jefe. El cual primero me había chantajeado para trabajar exuberantes horas para él y luego me había besado en una extraña situación confundiéndome unos minutos.
Pero tenía que ser fuerte. Yo no iba a ser un número más en la lista de Fausto. ¡No podía!
—Ni yo sé cómo accedió. Se que es millonario pero ¿