24. Todo está en los detalles
Indra.
—Aléjate pulgoso— suspire cuando escuché el gruñido de Fausto.
Mire la suela de su zapato con la cual intentaba detener al ya sano cachorro que quería trepar hacia él.
Mi jefe estaba acostado en el largo sillón dentro de la oficina viendo algo en su iPad.
Fausto había denegado varías llamadas hoy, otras las contestaba con monólogos o pedía que le mandaran un mensaje porque ahora mismo estaba "Ocupado". Solo él sabrá en qué, porque yo lo noté bastante relajado.
Después de lo sucedido en el hotel Fausto no había vuelto a tener alguna salida de las oficinas por el momento.
Tuvo que recibir a sus arquitectos e ingenieros aquí. Lo demás eran temas por FaceTime acerca de la apresurada construcción de su casino.
Asombrosamente tampoco lo había visto salir de viaje en toda la semana.
Fausto Gutiérrez había triplicado la seguridad privada en su entorno.
A mí me asignó un nuevo chofer con copiloto de escolta porque al amable Patricio lo traía de arriba para abajo en su nombre.
De