—Yo iré contigo —dijo Alter cuando Akal anunció su decisión de ir a Balardia—. Respetaba a Mort por su pasado de prisionero, pero ahora solo puedo pensar en sentir su cuello tronando entre mis dedos.
La furia que Akal vio en sus ojos ardía tanto que amenazaba con consumirlo.
—Gro no está bien, no sabemos si su corazón seguirá latiendo de aquí al amanecer. ¿Te perderás los que podrían ser sus últimos momentos por saciar tu sed de venganza? Mort puede esperar, pero Gro no. Quédate con él, ámalo hasta el final.
Le pidió a Sike que fuera en su representación a la reunión con el alfa supremo, y el Liak partió con otros dos de apoyo y Furr, que no necesitaba invitación.
Alter finalmente se quedó a cargo de la manada, velando el descanso de su amado Gro, orando para que permaneciera a su lado.
De Mao cuidaría Bri, como siempre. El niño ni siquiera había preguntado por Ava. De hecho, cuando salía a correr por ahí, solía evitar sus aposentos.
Y así como las olas del mar iban y venían, Ak