Reegan le explicó a grandes rasgos lo que había sucedido en el canal tras la partida de Kylie.
La empresa había pasado por tiempos turbulentos. El presupuesto entró en déficit cuando el Grupo Alexander retiró casi el ochenta por ciento de sus anuncios y patrocinios. Algunos empleados culpaban a aquella joven, mientras que otros señalaban a Kylie.
Para compensar las pérdidas, los bonos —e incluso los salarios— comenzaron a retrasarse. Cada vez que la gente buscaba a alguien a quien maldecir, sus nombres —el de Kylie y el de Reegan— solían ser los primeros en mencionarse.
El Grupo Alexander prácticamente controlaba la mitad de la publicidad que se emitía en Lystra TV.
Pero en los últimos meses, las cosas por fin se habían estabilizado. El Grupo Alexander había reanudado su cooperación con la empresa, firmando otro acuerdo mutuamente beneficioso.
Nadie sabía si fue gracias a la insistente labor del equipo de marketing y relaciones públicas o si simplemente la “guerra fría” había llegado