Cuando el corazón habla (1era. Parte)
Unos días después
New York
Karina
estaba en casa de mi hermana Rebecca, rodeada de familia celebrando el cumpleaños de mi sobrina. La cocina estaba llena de aromas y risas, el murmullo de conversaciones mezclándose con el tintinear de platos y vasos. Mientras ayudaba a preparar la mesa, sentí vibrar mi celular en el bolsillo. Lo saqué con cuidado y vi que era Lance quien llamaba. Mi corazón dio un salto, pero justo entonces Rebecca me preguntó en voz baja, con una sonrisa curiosa:
—¿Vas a contestar?
Negué con la cabeza, tratando de sonar despreocupada, aunque mi voz tembló un poco:
—No es nada importante.
Esperé a que mi hermana saliera de la cocina y, con el pulso acelerado, le escribí rápido un mensaje: “Te llamo después, amor.” Apenas lo envié, el teléfono vibró con su respuesta: “Te espero la llamada, hermosa.
Lo cierto es que sigo reunida en casa de Rebecca, las horas se han escurrido entre charlas animadas y risas en el comedor, pero yo estoy dividida entre el bullicio y la ansie