Sombras del pasado (1era. Parte)
Unos días después
New York
Karina
Desde aquel viaje a Dallas con Lance, siento que nuestra relación ha crecido de manera increíble. Mi madre ya no lo mira con recelo; ahora lo trata casi como a un hijo, y él se esfuerza en todo momento por ganarse su confianza y cariño. Lo hace con gestos sutiles: una sonrisa amable en las reuniones familiares, un comentario considerado sobre la comida, un detalle que demuestra que lo importante para él soy yo. Es sencillo, caballeroso, especial… y mío.
Pero todavía me giran en la cabeza sus palabras sobre el matrimonio. ¿Será que realmente piensa así? A veces me confunde con la manera en que me llama “Sra. Mckeson”, un apodo que mezcla juego y cariño, y me hace preguntarme qué espera realmente de nosotros. Lo que tengo claro es que quiero que sea el padre de mis hijos, cuando llegue nuestro momento.
Ahora estamos en su departamento. La cocina huele a lo que acabamos de preparar; el sonido del sartén y el leve chisporroteo de la comida se mezclan con n