Abriendo el corazón (2da. Parte)
Unos días después
New York
Karina
La noche anterior me quedé despierta mucho más de lo que debería. Me acosté con el corazón agitado, leyendo y releyendo sus mensajes, repasando cada palabra como si con eso pudiera sostener lo que tenemos. Todavía siento el eco de sus besos en mi piel, su voz temblando cuando me dijo que me amaba. Fue real… lo sé. Pero también fue secreto, escondido. Como si lo que sentimos solo pudiera existir en la sombra.
Hoy todo vuelve a su lugar. Vuelvo a la oficina con la misma ropa, el mismo paso medido, la misma cara tranquila que siempre uso. Pero por dentro, soy un caos. Porque lo sé. Sé que él está aquí. Que me mira desde lejos, aunque no pueda acercarse. Porque no quiere problemas. Porque Cristina está atenta. Porque tenemos que seguir fingiendo.
Y aún así, encuentra maneras de decirme que está conmigo. A veces una nota en mi escritorio. Otras, una llamada perdida. Un mensaje a deshora. Ahora, el celular vibra en mi bolso. No tengo que mirar para saber que